sábado, 2 de diciembre de 2017

PERDIENDO APRENDÍ


          Perdí el don de la palabra
 y aprendí a escuchar,
         perdí el arma de la seducción 
y aprendí a esperar,
        perdí el habla y la pronunciación
y aprendí a callar.

       Y aprendí también, 

que me queda menos tiempo
para enmudecer, pacífica, para siempre.

      Sin embargo,

tengo aún horas, días y minutos
para seguir soñando con el sol y la hierba fresca.

     Me queda todavía un horizonte sin fin,

lejano y borroso.
     Inalcanzable siempre.
     Hermoso. 



©SiempreViva / 02-12- 2017
Reservados todos derechos de la autora