sábado, 7 de abril de 2012

Los 4 Acuerdos.


La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento.

"No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo decides. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento". (Miguel Ruiz).


1. Sé impecable con la palabra.

Lo que sale de tu boca es lo que realmente eres tú. Tus palabras tienen magia, pueden construir o destruir tu vida y la de los demás. Si no cuidas y honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; y si no te honras a ti mismo, no te amas.
Honrar tus palabras es ser coherente entre lo que piensas, lo que dices y lo que haces. De esta manera, eres auténtico y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo. 
"Utiliza las palabras apropiadamente. Empléalas para compartir el amor. Usa la magia blanca empezando por ti. SÉ IMPECABLE CON LA PALABRA".

2. No te tomes nada personalmente.

Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Ni la más grave herida.
En la medida que alguien te quiere lastimar, en esa medida ese alguien se lastima a si mismo. Pero el problema es de él y no tuyo. Tú decides si lo aceptas o no. 
Respecto a la opinión ajena, para bien o para mal, mejor no depender de ella. Ésa es otra película. NO TE TOMES LAS COSAS PERSONALMENTE.

3. No hagas suposiciones.

No asumas ni supongas nada que no hayas comprobado. Si tienes cualquier duda, (por muy pequeña que sea) aclárala. Si sospechas de algo, pregunta.
Hacer suposiciones te lleva a inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que, con frecuencia, no tienen ningun fundamento.
Nunca nada que pasa fuera es personal. Pero en cualquier caso, NO SAQUES CONCLUSIONES PRECIPITADAMENTE.

4. Haz siempre lo mejor que puedas.      

Si siempre haces lo mejor que puedas, nunca podrás recriminarte ni arrepentirte de nada. 

"Verdaderamente, para triunfar en el cumplimiento de estos acuerdos necesitamos utilizar todo el poder que tenemos. De modo que, si te caes, no te juzgues. No le des a tu juez interior la satisfacción de convertirte en una víctima. Simplemente, empieza otra vez desde el principio."


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